Nueva Zelanda

No a parado de llover durante toda la noche pero al despertarnos parecía que no llovía pero a los cinco minutos se a puesto a llover otra vez y todos los planes que teníamos para hoy como una caminata o ir en cayak se nos han ido con la lluvia. Después de considerar que opción era la mas adecuada hemos decidido dejar de lado la visita al Parque Nacional y avanzar camino hacia el próximo destino.




Después de tres horas de conducción por carreteras entre montañas y casi solitarias hemos llegado a Westport, la primera ciudad mínimamente importante desde que hemos salido. Hemos ido a Cape Foulwind porque desde este punto se puede divisar una colonia de leones marinos. Al bajar de la caravana caían cuatro gotas, después de andar cinco minutos hemos llegado al cabo donde estaba lleno de leones marinos sobre las rocas descansando a pesar que había empezado a llover mas fuerte. Al volver nos hemos cruzado con varios wekas, unas aves de tamaño medio muy curiosas y muy atrevidas ya que pasan por tu lado tranquilamente sin asustarse.




Seguidamente hemos ido a llenar el deposito de diésel ya que no hay ninguna gasolinera en la carretera que cogeremos durante 100 kilómetros. Es una carretera que pasa junto al litoral entre escarpados acantilados y salvajes y enfurecidas playas.


Durante el camino hacia Greymouth hemos parado para ver las Pancake Rocks, unas rocas que han sido erosionadas por el viento y el mar dándoles así la forma de tortitas apiladas y también Blowholes, unos agujeros enormes en las rocas donde el mar entra con una fuerza increíble impulsando el aire de su interior hacia fuera produciendo un fuerte ruido. En el momento en que hemos bajado del coche para realizar la caminata hasta el lugar a empezado a gotear pero a medio camino se a puesto a diluviar y a pesar del paraguas que llevábamos no a servido de mucho a causa del fuerte viento que soplaba con lo cual hemos quedado empapados de arriba a bajo y con las cámaras goteando pero a sido divertido ya que nos reíamos de la situación. Si no estuviéramos de vacaciones no creo que nos lo hubiésemos tomado con este buen humor.





A partir de aquí la lluvia y el viento no han cesado y hemos seguido por las curvas del camino hasta Greumouth extremando la precaución debido a las nubes bajas que han dificultado la visibilidad y el pavimento muy deslizante.